La farmacocinética es una ciencia con fundamentos matemáticos muy extensos, pero en realidad sus
conceptos básicos pueden ser expresados con facilidad en términos de simple sentido común. Esto se
debe a que si bien los procesos por los cuales una droga es absorbida, distribuida, metabolizada y
excretada pueden ser sumamente complejos, la cinética (el “estudio matemático”) de tales procesos en
su conjunto tiende a mimificar procesos de primer orden que son relativamente sencillos (“cinética de
primer orden”); además, usualmente hay alguna proporcionalidad entre la concentración obtenida de
un fármaco y la dosis administrada, que es lo que se conoce como cinética lineal. Si la concentración
obtenida a partir de la dosis de un fármaco no es proporcional a la dicha dosis y/o la eliminación de la
droga no es proporcional a esa concentración, se dice que la droga tiene una cinética no - lineal.
Pese a que las determinaciones farmacocinéticas son particularmente propias de las distintas fases que
forman parte del estudio de nuevos fármacos, en diversas situaciones clínicas pueden llegar a hacerse
necesarias, por lo que en lo sucesivo este material ha de entenderse como enfocado primariamente a la
aplicación clínica de la farmacocinética. Cuando este tipo de enfoque matemático se aplica al manejo
seguro y efectivo de un paciente individual, dicho enfoque es conocido como Farmacocinética Clínica.
Conviene recordar una de las definiciones de Farmacocinética, en el sentido que puede considerarse
como la descripción cuantitativa de un fármaco y de su concentración en el organismo o en sus
compartimientos a lo largo del tiempo. Naturalmente, el conocimiento acerca de la disposición de las
drogas en el organismo no es necesario de por sí: Es importante porque gracias a él puede determinarse
la presencia o no de los fármacos en el organismo y, por ende, en el sitio de acción, lo que determina en
gran medida tanto la intensidad de la respuesta farmacológica (terapéutica o tóxica) como su duración.
Cabe destacar que la magnitud de las posibles diferencias individuales en la respuesta farmacológica de
poblaciones normales puede alcanzar un factor de 10 (es decir que para una dosis dada, puede haber 10
veces más efecto en la persona con mayor respuesta respecto a aquella con menor respuesta); las causas
farmacocinéticas y farmacodinámicas por separado implican un factor de 3,2 cada una (3,2 x 3,2 ≈ 10)
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