lunes, 12 de octubre de 2015

Distribución de los fármacos

La distribución de los fármacos puede definirse, entre otras formas, como la llegada y disposición de un
fármaco en los diferentes tejidos del organismo. Es un proceso muy importante, toda vez que, según su
naturaleza, cada tejido puede “recibir” cantidades diferentes del fármaco, el cual, además, pasará allí
tiempos variables.
COMPARTIMIENTOS DEL ORGANISMO:
Antes de estudiar el proceso de distribución, conviene recordar que la composición del organismo no es
uniforme, es decir, que no presenta homogeneidad. Desde el punto de vista de la distribución de los
fármacos, esto se ve representado primariamente por las diferencias de flujo sanguíneo de la economía,
las cuales generan, a su vez, diferencias de posibilidad de acceso de una droga a cada uno de los
distintos tipos de tejido.
Tomando en consideración que cada uno de los órganos y tejidos del organismo presentan diferencias
de flujo sanguíneo, puede asumirse que cada uno de los mismos representa un Compartimiento, lo cual
genera dificultades casi insalvables para el estudio de este proceso (modelo multicompartamental, ver
“Modelos de Distribución”). Cada compartimiento se entiende como un espacio orgánico dentro del
cual la concentración del fármaco es homogénea o uniforme; naturalmente, la existencia de cada
compartimiento es másteórica que real.
Por lo anteriormente dicho, se prefiere, desde un punto de vista práctico, considerar sólo dos tipos de
flujo sanguíneo: “alto” y “bajo” 􀃆 así, se reconocen dos Compartimientos principales (modelo
bicompartamental, ver “Modelos de Distribución”):
Compartimiento Central:
Se encuentra constituido por tejidos altamente irrigados, mismos que, en consecuencia, deben recibir de
manera muy rápida el aporte de una droga que pueda estar presente en la sangre. Los elementos o
tejidos que pueden considerarse como parte integral de este compartimiento son los siguientes: El plasma, los pulmones, el corazón, las glándulas endocrinas, el hígado, el Sistema Nervioso Central en
general y el riñón.
Compartimiento Periférico:
Está constituido por tejidos menos irrigados, los cuales, pese a recibir tardíamente el fármaco desde la
circulación sistémica, pueden tender a acumularlo, dependiendo de su “afinidad” por el mismo. Entre
estos tejidos se encuentran la piel, el tejido adiposo, el tejido muscular, la médula ósea y ciertos
depósitos tisulares.

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